domingo, 18 de octubre de 2009

Prólogo



Primero fue un rugido ensordecedor.Despues hubo una gran explosión y las vidrieras estallaron.El techo se derrumbo sobre la habitación.Cayeron enormes cascotes.Las vigas de madera se partieron con violencia.La cámara se lleno de una nube de polvo.Despues hubo silencio.En ese momento entro Hydor.Alarmado observo la montaña de escombros.Trepo sobre ella y empezo a quitar piedras con frenesi.El castillo volvio a retumbar.Hydor se quedo paralizado un momento.Se quedo expectante,en silencio.Cuando volvio la calma retomó la busqueda desesperado.Aparecio Gianella en la puerta.Tenia el rostro ensangrentado.La melena embarrada.Sus ojos brillaban.Sentia panico.

-¡Sal de aquí! – le exhortó Hydor enloquecido.

Ella seguia clavada en el umbral.Sus lagrimas abrian surcos sobre el polvo acumulado en las mejillas.Por fin Hydor encontró al Rey.Apareció un brazo inerte.El viento y la lluvia entraban con violencia a través del destruido ventanal.Acelero el ritmo.Quito más escombros.Se oian gritos desde el pasillo.Aparto una gran piedra con mucho esfuerzo.Apenas le restaban fuerzas.Vió el resto del cuerpo del monarca.Gorsia hizo su aparición.Tenia la espada ensangrentada.abrazó a Gianella.

-¿Estas bien? ¿Estas herida? – le preguntó.Limpio su rostro con las manos nervioso.Observo que sólo estaba magullada y en estado de shock.

-¡Hydor! –gritó cuando vio a su hermano en la habitación.

Este estaba sacando el cuerpo del Rey bajo los cascotes.Derrepente se oyó otra vez el Rugido.Las paredes temblaron.Vieron una enorme llamarada a traves de los ventanales.El Castillo prorrumpio en miles de gritos de agonia.Cayeron más cascotes y polvo.Despues hubo un silencio sepulcral.

-¿Qué esta pasando?- bramó Hydor a su hermano.
-¡Estan atacando el Castillo! ¡Han derribado la muralla! –le respondio Gorsia
-¡Maldito seas!!Ayudame a sacar a Padre de aquí.

Del pasillo vinieron el sonido de botas corriendo y metal entrechocando.


Al pie de la muralla un colosal ejercito arremetia contra las puertas como un mar embravecido.Eran simples bultos oscuros.Sujetaban antorchas bajo la lluvia.Una y otra vez golpeaban al unísono.Flechas encendidas cruzaban el cielo negro por miles.Desde lo alto de la muralla respondian con mas flechas.Pero cada vez eran menos.Un fuego salvaje se propagaba con rapidez tras las almenas.

Hydor echó el maltrecho cuerpo del Rey sobre su espalda.Gorsia agarró a su hermana pequeña y fue abriendo el paso entre la multitud que huia por las galerias.

-¡Han entrado! ¡Han entrado! – aullo un rostro ensangrentado.

Apretujados avanzaban por la galeria principal arrastrados por la marea humana.

Subitamente, parte de la escalera de la torre de homenaje se derrumbo abriendo un enorme precipicio.

Miles de cuerpos cayeron al vacio entre gritos de pánico.Gorsia aplasto a Gianella contra la pared protegiendola con su cuerpo.La turba enloquecida empujaba buscando una salida.Los pies corrian en todas direcciones.Hydor arremetia con la espada intentando evitar que el cuerpo de su padre fuese pisoteado.

De pronto el rostro del Maestro de Armas se abrió paso hasta ellos.

-¡Gunnar! – exclamo Gorsia.

-¡Estais aquí! ¡Gracias a Dios!–

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