domingo, 4 de octubre de 2009

La flor esmeralda




El milenario arte de cultivar flores siempre habia sido el signo distintivo de la familia Fujikage.De hecho el abuelo de Takeshi fue maestro de ikebana en la corte imperial de Kioto.Y era su padre un reconocido maestro en la capital de Edo , con una escuela formada por cientos de discípulos.Sin embargo, y para deshonra de su familia, Takeshi no había heredado las habilidades de sus ancentros.Muy al contrario , era un auténtico desastre.Sus bonsais lucian raquíticos en las vitrinas de su tienda y no conseguía que sus flores lucieran bellas, sino que crecian mostrando tonos pálidos y desleidos.
Una tarde su padre Kotaro , mientras preparaba el te bajo la penumbra creciente, miró los brillantes ojos de su hijo y comprendió que este nunca sería un maestro.Carecia de la delicadeza necesaria.Sus manos eran demasiado grandes.Sus movimientos torpes.Nunca prestaba atención a los pequeños detalles y ademas tenia el peor de los defectos: en su corazon ardia una pasion insaciable, un fuego que le consumia y le hacia ser impaciente e impulsivo.Semejante carácter era del todo incompatible con el noble arte del ikebana que requeria templanza y sobre todo, saber esperar.
Takeshi lo sabía, no era tonto.Sentia como la mirada de su padre,llena de tristeza,observaba impotente el jardin de su hijo: una selva descuidada, que crecia salvaje pisoteando los más sagrados principios del ikebana.Pero Kotaro no se atrevia a decirle nada a su primogénito,rápido mudaba su semblante y animaba a su hijo:

-Sigue asi Takeshi,recuerda que sólo el trabajo da verdaderos frutos. -decia, y reprimía el impulso de coger la azada y poner orden en aquel caos floral.

Una noche Takeshi lloraba en silencio en su habitacion.La luna ascencia sobre los almendros y un olor dulce, empujado por una tenue brisa de verano , se colaba por la ventana.El chico añoraba , por encima de todo, llegar a ser un maestro y colmar de orgullo el ajado corazon de su padre.Pero sabía que nunca lo lograría.Era bueno en otras cosas.Un gran jinete, decian.Era alto y fuerte y hubiera destacado en el ejército.¿Pero quién continuaria la tradición familiar? ¿Cómo podría enfrentarse a semejante deshonra?
Por la mañana , puso unas velas en el templo de Fushimi y rezó porque le fuera concedido el Don.Entonces durante la noche sucedió algo increible. Mientras miraba las sombras del techo sin poder dormir oyo un silbido que era como el de un fuego artificial cuando asciende hacia el cielo.Salió al jardin, el viento agitaba las hojas de los arboles.Por encima, miles de estrellas tililaban pero había una que brillaba por encima de las demas.Entonces comprendió que era un cometa y que surcaba el cielo echando chispas por la cola.Describio un gigantesco arco en el cielo y cayo detras del horizonte.Alli vió un gran fogonazo.Despues hubo de nuevo silencio y oscuridad.
El corazon de Takeshi latía como un caballo desbocado.Se vistió rápidamente, comprobó que su padre aún dormia , y salió sin hacer ruido de la casa.Siguiendo un impulso, pues sabía que aquello era una señal, se fue a las afueras siguiendo la trayectoria que habia descrito la estrella rutilante hacia el horizonte.Llego a un bosque.Fue abriendose paso en mitad de la noche.El viento agitaba las copas de los arboles.Derrepente observó una luz verdosa latiendo entre las siluetas de los troncos oscuros.Llego a un claro fuente donde emanaba la luz.Arboles centerarios aparecian tronchados alrededor de un profundo crater que expulsaba vapor.Takeshi se acercó temeroso al borde del mismo y vio que era de alli de donde surgia el verdoso fulgor.Movido por aquella hermosa luz descendio por la ladera del crater hasta el fondo.

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