Con las primeras luces del alba abrí los ojos y…grité. El
droide T25, un robot obscenamente caro, permanecía en la penumbra de la habitación
mirándome silencioso al pie de mi cama. Las rendijas de luz de la persiana se
listaban sobre su pulida superficie metálica.
-¿Desea algo para desayunar? Noto sus pulsaciones por encima
de los valores medios –pregunto en su tono aséptico
-¡Cacharro del demonio! ¡Qué susto me has dado! ¡No vuelvas
a hacerlo! –le ordene colérico.
-¿No quiere desayunar nunca más?
Intente incorporarme
y sentí un dolor lacerante en el hombro izquierdo. Noté que el vendaje estaba
lleno de sangre. Intente alejar el dolor apretando los dientes y pensando en
otra cosa.
-T25 prepara vendajes limpios y desinfectantes.
-Como desee.
Con un zumbido el droide salió de la habitación. Tarde un
rato en abandonar la cama. Me quede allí en la penumbra pensando. Maldita Corporación.
Sólo un día después de abandonar el hospital habían enviado aquel droide.Uno de
última generación. “Necesitamos asegurarnos que nuestro mejor técnico se
recupera lo antes posible”, dijeron con aquella sonrisa impostada. Pero no me había
caído de un guindo. Aquel robot tenía otros propósitos. Estaba convencido de
que la Corporación sospechaba algo.
-¿John? –Sonó una
voz angelical al otro lado del teléfono.
-Hola Alice
-¿Cómo esta ese
hombro?
-Bien, acabo de limpiar la herida y poner
vendajes limpios.
-¿Aun no puedes salir
no?
- Aun sigo en cuarentena, se me va a hacer eterno…
-Tengo muchas ganas de verte…
- Y yo a ti...
Tenía que tener cuidado.
Sabía que de algún modo aquel engendro robótico podía estar espiando mis conversaciones.
O tal vez era más sencillo, tal vez el teléfono estaba pinchado. El estómago empezó
a rugir.
-Detecto sus niveles de proteínas C7 y B4 bajos. Le recuerdo
profesor Smith que no ha ingerido su desayuno –sermoneó el droide.
-Ya. Ya... prepárame unos huevos con beicon.
-Le recomiendo una compota de fruta, ayudara a corregir el
nivel de grasas profesor.- apuntó el robot con aquellos ojos-led rojos
parpadeantes.
-¡Prepárame unos malditos huevos! –grité
-Como desee. Déjeme advertirle que noto sus pulsaciones por
encima de los valores medios otra vez.
-¡Vete a freír espárragos!
El accidente había ocurrido
diez días antes. Manejábamos plutonio en estado solido. Calculábamos las dosis
y utilizábamos aquellos cilindros metálicos para poder transportar la mercancía.
Toda la red de seguridad fue sobrescrita en apenas 24 horas, por lo que ninguno
de nuestros movimientos estaban siendo registrados. La cuestión era como sacar
aquello de allí sin que ninguno de los controles de seguridad detectase los
cilindros.
Abrí los ojos y me lo encontré otra vez allí. Delante del sofá.
¿Aguardaba instrucciones o hacia realmente otra cosa? ¿De qué era capaz aquel
droide?
MANI, HE ENCONTRADO ESTE MOVIL ANTIGUO EN EL CAJON.HE
CONSEGUIDO HACERLO FUNCIONAR.CREO QUE ESTA FUERA DE PELIGRO POR LO QUE ES UN
CANAL SEGURO.ESTOY SIENDO VIGILADO POR LA CORPORACIÓN.NO PUEDO SALIR.NO PUEDO
USAR MI CONEXIÓN A LA RED.AVERIGUA TODO LO QUE PUEDAS DEL T25.NO ESTA A LA
VENTA EL MODELO, ¿VERDAD?
Mire a mis espaldas y vi al droide parado en el umbral de la
puerta. ¿Me estaba vigilando? ! Me seguía a todas partes!
-¿Qué haces ahí parado?- le pregunté nervioso.
-Profesor, Mensaje de la Corporación para usted.
-Adelante – refunfuñe.
El torso delantero del droide se ilumino y apareció una
pantalla brillante. Una mujer de más de cuarenta y pelo recogido sonreía desde
el otro lado.
-
Buenos días ¿Cómo se encuentra esta mañana
profesor?
-
Buenos días Catherine, me encuentro mejor.
-
¿Está siendo de ayuda el T25?
-
Oh si, muy servicial
-
Estamos deseando que se recupere lo antes posible.
Le necesitamos por aquí cuanto antes. Su ayuda es fundamental para nosotros.
-
Yo también tengo ganas de volver al trabajo.
-
Muy bien. Los informes que nos llegan del T25
respecto a su recuperación son muy satisfactorios.
Dormí un rato. Volví a rememorar el accidente. Mi compañero
Paul ardía literalmente. Yo a través de la ventanita redonda, al otro lado de
la puerta, le veía consumirse sin poder hacer nada!!Estaba saliendo todo mal!
Parecía tan fácil! ¿Qué harían ahora los rusos cuando se diesen cuenta de que su mercancía no iba a llegar nunca?
-¿Profesor? – La voz metálica me devolvió a la realidad
Restregué mis ojos. Estaba realmente cansado. Notaba los
miembros cada vez más entumecidos. Me levante apartando a un lado al droide y
camine hasta la cocina. Tenía el estómago revuelto. Busqué el bicarbonato en la
despensa. Derrepente un botecito cayo de un estante superior.
-¿Qué demonios?
Lo recogí y lo sostuve en mi mano.
POTASIO PLUMBICO E-34
Noté una punzada de dolor en la piel. ¡Maldito engendro! ¿Me
estaba envenenando?
Sonó un bip-bip.
HOLA JOHN.SOY MANI.EL T25 ES UN ROBOT EXPERIMENTAL.LA
CORPORACION LO ESTA VENDIENDO AL EJERCITO COMO ARMA DE APOYO A OPERACIONES
TERRESTRE.NO PUEDO SEGUIR ESCRIBIENDOTE.ESTE YA NO ES UN CANAL SEGURO! SAL DE AHÍ!!
Sentí un sudor frio y unas nauseas terribles. Me apoye
contra la encimera de la cocina. La cabeza me daba vueltas.
-¿Profesor? ¿Se encuentra bien? Registro sus pulsaciones por
encima de la media. Déjeme administrarle un calmante.
-¡Aléjate de mí! – agarre un rodillo de cocina.
-Mi misión es garantizar su recuperación de forma satisfactoria.
Tengo que administrarle el calmante.
-¡Te he dicho que te alejes!
Mi visión se nublaba. Unos segundos antes de perder la
consciencia note un pinchazo a la altura del cuello. Sentí como si mil alfileres se clavaran en mi cerebro. ¿Era aquello real? Mis
recuerdos empezaron a volar fuera de mí con rapidez! Aquella maquina estaba
extrayendo toda la información de mi cerebro y a la vez estaba borrando quien
era Yo! ¿Era aquello real?
¿Qué estaba pasando?¿Por qué siento dolor? ¿Quién soy?
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