miércoles, 22 de julio de 2009

Capitulo quinto: La Tormenta


Solía pasear con mi abuelo todas las tardes por los alrededores de la granja.Recuerdo que tenía un perro casi tan viejo como él.Para la familia era un ser adorable: jugueton,cariñoso y fiel.No sé por qué pero yo lo despreciaba.Aquel animal corria a los pies de mi cama por las mañanas e intentaba despertame a lametones.Después se quedaba mirándome mientras me arreglaba , con la lengua fuera y una expresión estúpida dibujada en la cara.
Hacía todo lo que le decían: sientate, coge esto, hazte el muerto..lo hacía babeando por doquier
.

Yo no lo soportaba, no entendía como un perro podía ser tan estúpido, era superior a mis fuerzas.Debía quererlo como los demas, sin embargo cuando se acercaba ,yo le apartaba de mí con desprecio.Y aquello me hacía sentir muy mal..En el fondo nunca me han gustado los animales..

La noche envolvía el barco como un pesado manto sin estrellas.La mayoría de la tripulación peinaba todos los compartimentos buscando al polizón, al intruso que había alterado la otrora monótona vida en alta mar.Yo me escabullí acuciado por un terrible presentimiento.

Bajé las escalerillas y entré en mi camarote.Lo hice en silencio porqué sabía que no estaba vacio , aunque a simple vista no había nadie.Encendí la luz y escudriñé cada rincón.Al final ví una pequeña sombra bajo la cama: de espaldas y en cuclillas, mi pequeña mascota lloraba desconsoladamente.Sus sollozos apenas eran perceptibles, pero verla estremecerse con cada llanto me encogió el corazón.Sin duda sufría y yo sabía porque.

-Ven aqui Mogli- le susurré.
Al oir mi voz desapareció usando aquella increible habilidad de su especie para camuflarse con el entorno.Pero seguía ahí, oculto, y ahora sólo le oía sollozar entrecortadamente.

-Mogli, soy yo..sal de ahí..venga- y estiré mi brazo bajo la cama.

Tras insistir un rato, el animal volvió a hacerse visible para después trepar por mi hombro y abrazarse a mí.Hundió su cabecita en mi pecho.Yo le acaricié sin salir del shock que había supuesto aquella
espontánea manifestación de ternura que me había golpeado como una ola a traición.Aguanté mis lágrimas y le dije en voz baja:

-¿Qué has hecho pequeño? - pero sabía perfectamente que había hecho.

Fuera la batida había terminado sin éxito.Todos estaban reunidos en cubierta bajo los gigantes focos del pesquero.El viento traía el olor de la tormenta que se aproximaba en el horizonte arrojando terribles relámpagos en la distancia.

-Parece imposible - habló el capitán al grupo.

Todos miraban pensativos la cubierta de madera llena de charcos de agua salada.

-Hemos buscado en cada mísero rincón de este barco -señalo Joe- Nadie podría esconderse tan bién.

-Si es que hay alguien realmente escondido - apostilló el cocinero con su fuerte acento ruso.- Sigo pensando que fué uno de nosotros.

Una figura apareció surgiendo de la penumbra del otro lado de los focos.Era Clive Morris.Su cara estaba descompuesta, una mezcla de ira y amargura se dibujaba en su rostro.En aquel momento una fina lluvia comenzó a caer.

-Claro que fué uno de nosotros idiotas, o mejor dicho, uno de vosotros. - En una mano llevaba una botella de ron.Con la manga se limpió la boca.Elevó aún más la voz para hacerse escuchar por encima del rugido de las olas.
- Quien ha asesinado a mi hermano es ademas un ladrón.!Un canalla!.Se llevó algo muy valioso de su habitación y juro que , cuando sepa quien ha sido..- hizo una pausa mirando a los presentes - voy a matarlo con mis propias manos!.

Acto seguido arrojo la botella por la borda y volvió a la oscuridad.

Mientras tanto, en mi camarote, mi pequeño amigo se había quedado dormido en mis brazos.Decidí devolverlo a su jaula y volver con los otros antes de que sospechasen algo.Mientras, me preguntaba que habría empujado a Mogli a matar al pequeño de los Morris.Me convencí de que seguramente lo habría hecho en defensa propia, tuvo que sentirse muy amenazado para llegar a aquel extremo.
Cuando bajé por la trampilla oculta , hice un descubrimiento terrible: al lado de la jaula se amontonaban los objetos desaparecidos durante aquellos dias.Estaba todo lo que había denunciado el capitan y el cocinero, todo salvo una cosa.En medio del botin sobresalía una joya de gran tamaño,una esmeralda verde semioculta por un trapo.¿De dónde la había robado Mogli?

Me eché las manos a la cabeza desesperado.Si los demas descubrian todo aquello..tenía que sacarlo de alli, ¿pero a donde?¿que iba a hacer ahora?

En la sala de mando el capitán intentaba contactar con alguna patrulla marítima, no estaban ya muy lejos de la costa.Sin embargo la terrible tormenta hacía rugir los altavoces con molestas interferencias.

- No hay modo de comunicarse con tierra, se acerca el temporal- dijo desesperado.
- Capitan, ¿esta usted seguro de que quiere contactar con la autoridad? - le preguntó Joe.

-¿A qué te refieres?- miró de soslayo el otro.En el viejo rostro se reflejaba la luz verde de la pantalla del radar.

-!No me miré así! Yo no maté a John, y creo que usted tampoco.Le conozco jefe.Pero piense que nos interrogarán a todos y, maldita sea mi suerte, seguro que acabo en la trena.

El viejo capitán de barco se mesó la barba pensativo.

-Es mejor que vayamos todos a dormir. Esta siendo una noche muy larga. Eso sí, duerme con tu cuchillo bajo la alhomada Joe Stanton.

-Por supuesto jefe - sonrió burlon Joe.

La galerna alcanzó el barco durante la madrugada.Las primeras luces del alba quedaron cubiertas por un manto impenetrable de nubes negras que corrían impetuosas por el cielo.La tempestad rugió con un grito desgarrado sobre olas , que se levantaban como murallas sobre el pesquero.Mientras , los vientos huracanados golpeaban el casco con violencia y el mastil crujía a punto de partirse.
Subí a cubierta antes de que todos despertasen , llevando conmigo el botin robado por Mogli metido en un saco.Lo hice cual comadreja y amparado por el ruido ensordecedor de la tormenta.

Arrastré el fardo por la cubierta de popa, manteniendo el equilibrio con dificultad,mientras las olas arreciaban a mi alrededor y me hacian resbalar.Me acerqué a la barandilla con la única idea de soltar aquello por la borda.
Entonces sentí a alguien a mi espalda. Me giré pero sólo pude acertar a ver un enorme puño descargándose sobre mi cara.Fue tan violento el golpe que salí despedido varios metros sobre el suelo de madera.Creo que estuve unos segundos incosciente hasta que el agua salada de una ola cayó sobre mi rostro.Abrí los ojos hinchados, con un dolor terrible en la cabeza, y ví una figura borrosa avanzando hacía mí. Terribles relámpagos a su espalda rasgaban cegadores el cielo negro. Llevaba una barra de hierro en su mano.
La figura se agachó a mi lado y revolviendo en el saco , sacó la joya.

-Sabía que habias sido tú..-dijo Clive Morris arrastrando cada palabra con el viento. - Eres una rata malnacida , y voy a matarte...

Lanzó una patada a mis costillas y grité de dolor. Pero mi alarido se diluyó en el vendaval.Siguió golpeándome de forma terrible mientras yo me tambaleaba al borde de la incosciencia.
La sangre se agolpaba en mis sienes y notaba el latido de mi corazón golpear violentamente , a punto de salirse de mi pecho.Los golpes cesaron.Yo yacía tumbado bocaabajo y un hilo de sangre salía por mi boca.
Clive levantó la barra sobre su cabeza para descargar el golpe final.Cerré los ojos esperando con ansias el último momento. De pronto se oyó un crujido y la grua del pesquero se soltó liberando un enorme gancho de hierro que cayó sobre la espalda de Clive. Este trastabillo por el golpe y cayó sobre cubierta de bruces.
Cuando hacía ademán de levantarse , enmedio de terribles dolores, súbitamente algo invisible desenvainó un cuchillo que guardaba en su bota y lo clavó inmisericorde en su pierna.

Clive lanzó un grito desgarrador y lanzó la barra hacia atras golpeando el aire

-Qué demonios? - chilló desesperado.

Vió consternado como el cuchillo se desclavaba solo desatando un lacerante dolor por su pierna y notó el pequeño peso de unos pies invisibles avanzando por su espalda.

Cuando oí su grito, giré la cabeza mirando hacia el cuerpo tendido de Morris.Le volvi a oir gritar , un alarido de horror, interminable, tenia los ojos desorbitados, y de golpe se cayó.
Entonces solo se escuchó el sonido de la lluvia sobre cubierta.

En la espalda del gemelo se materializó Mogli , con el cuchillo envuelto en sangre.En su mirada había un regocijo que rayaba lo aterrador.

Súbitamente se oyó un disparo como un trueno. Miré hacia atrás y ví al capitan sosteniendo una escopeta con el cañon humeante.
Detrás estaba el resto de la tripulación. Volvi a mirada hacia a mi mascota alarmado, pero ya no estaba sobre la espalda de Clive, yacia caida de bruces sobre un charco de sangre.

Quise gritar pero no tenia fuerzas.Simplemente abrí la boca estirando mi mano temblorosa hacía el cuerpecillo inerte.Las lágrimas inundaban mis ojos.

A lo lejos se oyó la sirena de un barco. La silueta de un enorme carguero chino apareció apabullante al lado del pequeño pesquero.Sus focos apuntaron hacia nuestra cubierta.Unas voces extrañas se oyeron a través de un megáfono.







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